Vi este verano una fantástica película (Shine) protagonizada por Geoffrey Rush (tremendo, creo que le dieron el Oscar) que narra la vida de este genial y "atormentado" pianista australiano.
La presión de su padre acabó por trastornarle hasta el grado de parecer un retrasado mental. Pero sigue teniendo magia en las manos. Un hombre miserable y entrañable.
Sirva esta entrada como mi reconocimiento personal al susodicho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario